Datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), recopilados de Aduanas y clasificados y analizados por el organismo que dirige Rafael del Rey, concluyen que Estados Unidos ha incrementado notablemente sus importaciones de vino a granel durante 2019 hasta alcanzar los 3,41 millones de hectolitros que, unidos a sus 10,2 millones de litros de vino en bag in box, ofrecen una cifra final de 3,51 millones de hectolitros, un 33% más, y solo superado por los 3,97 millones de hectolitros de 2012, en una serie histórica que comienza en el año 2000 con unos modestísimos 17 millones de litros.
El mercado norteamericano es el tercer comprador de vino a granel a nivel mundial por detrás de Alemania y Francia.
Estos datos suponen, además, una clara tendencia como gran importador al superar a Reino Unido, cuyas compras retrocedieron significativamente más de un 25%, en 31 millones de litros. Las compras de Estados Unidos de granel puro y duro han supuesto un desembolso de 248 millones de euros, a un precio medio de 0,73 euros el litro; muy por debajo del precio medio pagado por los británicos que subió hasta los 350 millones de euros para los 309,5 millones de litros, a un precio medio de 1,13 euros el litro.
De esta forma, el mercado norteamericano es claramente el tercer comprador de vino a granel a nivel mundial por detrás de Alemania, con 8,6 millones de hectolitros por valor de 504 millones de euros, a un precio medio de 0,59 euros el litro, y de Francia, con 5,68 millones de hectolitros por importe de 262 millones de euros, a un precio medio de 0,46 euros el litro, en ambos casos no solo para envasar y distribuir en destino sino también para mezclar, realizar bebidas refrescantes con vino base y reexportar.
Pero el dato más llamativo es el que indica que Canadá, sí Canadá, es el principal proveedor de vino de Estados Unidos, pese a ser un país con una producción vitivinícola claramente simbólica.
Todo hace pensar que parte de las importaciones de vino a granel en Canadá, que ascendieron en 2019 a 1,09 millones de hectolitros, además de una parte de su producción, van a parar a su vecino que declara comprar allí 1,4 millones de hectolitros, un 48% más que en 2018, mientras las compras en Chile, segundo proveedor, se van hasta los 93 millones de litros, un 57% más que el año anterior. Otros proveedores que ganan terreno son Nueva Zelanda y Argentina, mientras pierden fuelle Australia y Sudáfrica, probablemente por el retroceso de sus cosechas. Con estos datos se abre un escenario que no han podido o sabido aprovechar los productores de la Vieja Europa, entre ellos España, que ha exportado el 73% del granel en la escala más básica.
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José Luis Murcia
Periodista. Presidente de AEPEV-FIJEV
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