En este breve artículo no nos referimos al “wine lover”, el entusiasta, el hispanófilo o el aficionado avanzado. Nos referimos a lo que comúnmente llamamos “el hombre o la mujer de a pie”. Además, hablamos de los mercados internacionales descritos a continuación con mayor detalle. Si usted preguntara a esa gente sobre el vino español, probablemente obtendría una mirada en blanco. Saben que España produce vino, pero no saben casi nada de él. No son conscientes de que España tiene más viñedo que ningún otro país europeo. Tampoco saben que hay de largo más de 4.000 bodegas o 138 regiones vitivinícolas bajo figura de calidad geográfica.
Una ingente cantidad del vino español es vino tranquilo básico, a granel o en botella, que no tiene, por tanto, una imagen de calidad y, por consiguiente, ninguna oportunidad de evolucionar en la mejora de la percepción. Mientras que, respecto a los mercados internacionales, esto abarca un espectro muy amplio.
Va desde mercados muy sofisticados, como Reino Unido, Alemania, Bélgica, etc., en los que el potencial de percepción de mejora cualitativa es mayor; hasta mercados emergentes, como China o India, en los que una evolución de ese tomará mucho tiempo hasta que sea percibida; y, por supuesto, están los mercados donde beber vino es una especie de acontecimiento y en los que ese potencial es virtualmente nulo.
La Semana Vitivinícola
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