Las montañas son bellas, imponentes, temibles, majestuosas… Más antiguas que el tiempo, aparecen de la nada y se yerguen orgullosas, invencibles; sabiendo que dominan las tierras que roza la luz del sol y que son temidas y adoradas por los diminutos seres que las usan como refugio. Las montañas son los huesos de esos gigantes caídos en combate tanto tiempo atrás. La columna del inmenso dragón que sobrevolaba el mundo con su aliento de fuego. Las montañas tienen ese aura de misterio que resulta tan atrayente a los simples mortales. Para ellas no existe el tiempo ni el espacio, solo el mundo a sus pies.
Son muchos los valientes a lo largo de la historia que han conseguido, o por lo menos intentado, ser los primeros en coronar las cimas más altas del mundo, observar desde las alturas de los dioses la creación y sentir lo insignificantes que resultan el mundanal ruido y los problemas terrenales cuando se mira al mundo por encima de las nubes. Las ansias de descubrimientos y de ser los primeros en algo parecen ser dos de las grandes motivaciones tras las pisadas de esos escaladores y alpinistas. ¿La recompensa a tanto esfuerzo? La belleza natural que solo puede apreciarse desde las alturas, la satisfacción de haber superado los límites del ser humano a base de esfuerzo y trabajo duro y el recuerdo de haber vivido una aventura diseñada por la mismísima Gaia, la madre Tierra, solo para aquellos que estén dispuestos a arriesgarlo todo.
En el mundo solo existen 14 cimas que superen los famosos 8.000 metros respecto al nivel del mar, las más grandes de entre las grandes. Las escarpadas laderas y las nevadas cumbres esperan pacientes a que el tiempo, su único enemigo, haga mella en su superficie mientras nosotros nos maravillamos con su altura y poderío.
Everest
¿Quién no conoce el pico más alto del planeta? Tiene 8.848 metros de altura y su nombre lo toma del famosos geógrafo galés George Everest. Está localizado en la cordillera del Himalaya y los primeros alpinistas que lograron coronarlo fueron Edmund Hillary y Tenzing Norgay el 23 de mayo de 1953. El nombre tibetano para el Everest es Chomolungma o Qomolangma, que significa "Madre del universo".
Monte K2
El segundo pico más alto del mundo tiene 8.611 metros y está en Tibet y Pakistán. La primera ascensión a este mortal gigante del alpinismo la realizaron los italianos Achille Compagnoni y Lino Lacedelli el 31 julio de 1954. Es, posiblemente la montaña más difícil de escalar. De hecho, el 25% de quienes intentan alcanzar la cima mueren en el intento.
Kanchenjunga
Con un nombre impronunciable el Kanchenjunga es el tercer pico más alto del mundo tras el Everest y el K2. Tiene 8.586 metros de altura y es el pico más alto de India y el segundo más alta de Nepal. Su nombre significa "los cinco tesoros de las nieves".
Lhotse
Esta maravilla de la naturaleza mide 8.516 metros y es el cuarto pico más alto del mundo. A pesar de ser más bajo, no fue hasta el 18 de mayo de 1956 cuando los suizos Fritz Luchsinger y Ernst Reiss lo coronaron. Actualmente el Lhotse tiene cinco rutas en su cara sur y una en su cara oeste.
Makalu
Es una cima mítica entre los ochomiles. Es el quinto pico más alto del planeta, con 8.463 metros, y hace frontera entre Nepal y el Tíbet. Para ascender hasta su punto más alto no solo vale con ser un experto caminante, sino que requiere técnicas de escalada en roca y hielo, lo que le convierte en uno de los picos más inaccesibles del mundo.
Cho Oyu
Sus 8.201 metros de altura le convierten en el sexto pico más alto entre los ochomiles. La primera ascensión la realizaron el 19 de octubre de 1954 los austriacos Herbert Tichy y Joseph Joechler junto con el sherpa Pasang Dawa Lama. Su nombre significa en tibetano "diosa turquesa".
Dhaulagiri
Fue uno de los picos que más tardó en ser coronado. Hasta el 13 de mayo de 1960 nadie había pisado la cima, situada a 8.167 metros sobre el nivel del mar. Es el pico más alto de los cinco que forman el macizo de mismo nombre y el único del mismo que supera los 8.000 metros. Su nombre en sánscrito significa "montaña blanca".
Manaslu
Con 8.163 metros y situado en Nepal, es el octavo pico más alto del planeta. Su nombre proviene de la palabra sánscrita "manas" que significa "mente". Los primeros en coronar la cima fueron Toshio Imanishi y Gyalzen Norbu el 9 de mayo de 1956.
Nanga Parbat
Su nombre significa "montaña desnuda" y con sus 8.125 metros sobre el nivel del mar es el noveno ochomil del planeta. En el mundo del montañismo se le conoce como "la montaña asesina" por la cantidad de vidas que se ha cobrado.
Annapurna
Este imponente macizo con su pico más alto, elevado 8.091 metros sobre el nivel del mar es la décima cima más alta del planeta. En el hinduismo, Annapurna es el nombre de la diosa de la comida y la cocina y su nombre se traduce como "diosa de las cosechas".
Gasherbrum I
Tiene una altura de 8.068 metros y los americanos Pete Schoening y Andrew Kauffman fueron los primeros en alcanzar su cima el 5 de julio de 1958. Es la undécima cima más alta del mundo. También se le conoce como el K5 o el Hidden Peak.
Broad Peak
La duodécima cima más alta del mundo inicialmente se conoció como el K3 y tiene 8.047 metros de altura. Está situado en el macizo del Karakórum, a menos de 10 kilómetros del mítico K2.
Gasherbrum II
Tiene una altura de 8.035 metros y es la treceava cima más alta del planeta. Está situada en el Karakórum e inicialmente se conoció como el K4. En balti significa "montaña hermosa".
Shisha Pangma
También se conoce como el Gosaithan. Este ochomil, el último de los 14 que superan esta mágica altura en todo el planeta, tiene una altura de 8.027 metros sobre el nivel del mar y su nombre significa en tibetano "cresta sobre la planicie de hierba". Gosaithan, el otro nombre con que es conocido, significa en hindi "el trono de los dioses". Es la única de los catorce ochomiles que está situada íntegramente en el Tíbet, en el Parque Nacional de Langtang.
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