3 principios de psicología para asegurar la eficacia de tus presentaciones
By CLAUDIA CORIN - 18:03
Fíjate. Delante de ti. Personas que tienen una necesidad que tú puedes cubrir. Oídos deseosos de devorar una historia, de que captes su atención. Los conoces, y por eso sabes qué esperan de ti, cuáles son sus puntos débiles y qué recursos pueden hacer que se emocionen, que se active el “click” en su mente les induzca a cambiar.
Presentaciones? No, estoy hablando de psicología. Sin embargo, ambos mundos no están tan alejados.
La responsabilidad del psicólogo es tremenda debido a las implicaciones que tiene el hecho de que una terapia sea exitosa o no. Pero también en una presentación nos jugamos el beneficio de nuestra audiencia, en ocasiones en temas bastante decisivos. Por ello, al igual que la psicología aplica las mejores técnicas disponibles para así favorecer el mejor resultado para el paciente, también nuestras presentaciones deberían utilizar estas herramientas para asegurarse de cumplir sus objetivos.
Qué principios de la psicología podemos aplicar a las presentaciones?
Todo se reduce a contar una historia
Cuando se creó la Asociación Neozelandesa de Psicoterapeutas, sus fundadores tuvieron que informarse sobre la traducción al maorí del nombre de dicha organización, dado que el maorí y el inglés son lenguas co-oficiales en Nueva Zelanda. La palabra “psicoterapia” no tenía una traducción literal al maorí, por lo que la propuesta aborigen fue que los angloparlantes les explicasen qué hacía exactamente un psicoterapeuta, para así poder buscar un término equivalente en su idioma. Tras las explicaciones pertinentes, los maoríes se reunieron y tras consultar con los ancianos de la tribu, consideraron que se habían formado una imagen clara y diáfana del rol de psicoterapeuta: concluyeron que la traducción más adecuada era “tejedor de historias”. Desde entonces, el nombre en maorí de la asociación es, literalmente, Asociación Neozelandesa de Tejedores de Historias.
Hasta aquella tribu maorí sabía que las personas tenemos un don innato para entender el mundo a través de los relatos. De esa realidad se están empapando muy poco a poco en el ámbito de la comunicación o la publicidad, puesto que han comprobado que una historia es el mejor vehículo para vender un producto o una idea. Sin embargo, el miedo a abandonar la zona de confort hace que en otras muchas disciplinas siga sin considerarse este pequeño cambio de entender al oyente como un devorador de historias, y al hablante como un tejedor de éstas. Yo, como psicólogo y amante del mundo de las presentaciones, opino que ambos campos guardan muchas similitudes entre sí, y que las herramientas de unos y otros pueden ser complementarias.
Qué puede enseñarnos la psicología a la hora de realizar una gran presentación?
1.- Lo importante es tu público
Antes del siglo XX, el psicoanálisis era la corriente que predominaba en psicología. La implicación que su teoría del inconsciente tenía era que el papel que el terapeuta tenía era simplemente de escucha, evitando incluso el contacto visual con el paciente. Carl Rogers, con su teoría humanista, le dio la vuelta a este paradigma y puso a la relación terapeuta-paciente en la base del éxito terapéutico. Considerar una terapia sin considerar a tu paciente es como hacer una presentación sin considerar a tu público. Conocer de aquel que te escucha sus necesidades, motivaciones y expectativas es clave para hacer algo que funcione.
2.- Adapta tu mensaje
Dada la amplitud del campo de la psicología, los pacientes con los que se trabaja son muy variados en cuanto a nivel educativo, edad, procedencia o tipo de problema. La capacidad de adaptar tanto el lenguaje verbal como el no verbal, así como los tests o los ejercicios que aplicamos en consulta es clave para ser un gran terapeuta. El buen presentador también debe modificar su lenguaje, sus dinámicas participativas e incluso sus diapositivas si quiere llegar a su público. A esto se refiere ese mantra que repiten todos los grandes genios de las presentaciones cuando dicen que “no hay dos presentaciones iguales”, al igual que no pueden haber dos terapias iguales puesto que cada persona es única.
3.- El poder de las historias
Los conceptos se entienden mejor cuando tienen una introducción, un desarrollo, una conclusión y unos personajes con los que poder identificarnos. Algunos enfoques terapéuticos como la Terapia de Aceptación y Compromiso se basa en el uso de metáforas y analogías para que el paciente alcance un entendimiento de lo que le ocurre. Nada mejor en las presentaciones que utilizar una historia para transmitir nuestro mensaje, una historia con villanos, con héroes y sobre todo con un final que sirva de colofón para transmitir la llamada a la acción para nuestra audiencia.
En la era de la “sobreinformación” en la que vivimos, cada vez es más necesario ser capaz de crear una presentación capaz de hacerse hueco en la mente de nuestra audiencia. Poner a nuestro público en el centro de nuestra presentación, adaptarnos a él y utilizar las historias como medio para emocionar, ensimismar y convencer son tres claves que la psicología lleva utilizando desde hace muchos años. Trabajar CON personas y PARA personas hace necesario que no pensemos en nuestra audiencia como simples sujetos sino como personas dispuestas a cambiar, siempre y cuando sepamos decirles cómo. Ahora sí hablo de presentaciones, pero no importa demasiado.
presentable.es
0 comentarios